Acerca de

"Migrantes desaparecidos y muertes en la frontera mediterránea de la UE: Necesidades humanitarias y obligaciones del Estado" fue un proyecto de investigación de un año de duración que se desarrolló hasta octubre de 2016, financiado por el Consejo de Investigación Económica y Social del Reino Unido. Fruto de la colaboración entre la Universidad de York, la Universidad City de Londres y la Organización Internacional para las Migraciones, el proyecto fue uno de los primeros esfuerzos por recopilar sistemáticamente datos y explorar comparativamente las respuestas actuales a los cadáveres de migrantes en el Mediterráneo, así como los impactos de las muertes y desapariciones de migrantes en las familias que se quedan atrás. Se sabe que en 2015, más de 4.000 refugiados y migrantes murieron en el mar mientras intentaban llegar a Europa, y el número de fallecimientos ha seguido aumentando desde entonces. La mayoría de estas personas no son identificadas, y en muchos casos los cuerpos nunca se encuentran. En estos casos, sus familias quedan en un estado de pérdida ambigua, incapaz de llorar plenamente a su ser querido. A pesar de la magnitud de los fallecimientos, la falta de identificación y del sufrimiento de las familias, los Estados han hecho poco para abordar este imperativo humanitario. El objetivo de este proyecto fue hacer visible el vacío político existente a nivel nacional y de la UE, investigando las políticas y prácticas de Italia y Grecia en materia de investigación, identificación, entierro y repatriación de los cadáveres de las personas migrantes. La investigación con familias de Turquía y Túnez buscó comprender mejor el impacto de las muertes y desapariciones en contextos migratorios en las familias, tanto a nivel psicológico como económico y social.

 

El proyecto

El proyecto Mediterranean Missing fue un proyecto de investigación de un año de duración, desde septiembre de 2015 hasta octubre de 2016, financiado por el Consejo de Investigación Económica y Social del Reino Unido. El proyecto fue una colaboración entre la Universidad de York, la Universidad City de Londres y la Organización Internacional para las Migraciones, y fue uno de los primeros esfuerzos para recopilar sistemáticamente datos y explorar comparativamente las respuestas actuales a los cuerpos de personas migrantes en el Mediterráneo, así como los impactos de las muertes y desapariciones de migrantes en las familias que se quedan atrás.
Las conclusiones del proyecto se han publicado en diversos informes y se han presentado en reuniones públicas en Italia, Grecia y Turquía.
Siguiendo la recomendación del proyecto de que los principios legales guíen las acciones de los Estados, el proyecto Last Rights desarrolló unos principios operativos basados en el derecho internacional de los derechos humanos que deben informar las políticas públicas hacia las personas migrantes desaparecidas, la "Declaración de Mitilini para el tratamiento digno de todas las personas desaparecidas y fallecidas y sus familias como consecuencia de los viajes migratorios". Esta declaración resume las normas legales que se aplican a las personas migrantes desaparecidas y los derechos de sus familias.
En septiembre de 2017, la Relatora Especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias o sumarias preparó un informe para la Asamblea General de la ONU sobre la "Muerte ilegal de migrantes y refugiados". En este informe, la Relatora pide a los Estados que protejan la vida de los migrantes y refugiados como parte de su compromiso adquirido en los Pactos Mundiales sobre Migración y sobre los Refugiados, y hace una serie de recomendaciones importantes a los Estados - incluyendo un mecanismo internacional de búsqueda, identificación y rastreo, la investigación por parte de los Estados y el registro de las muertes, el tratamiento digno de los muertos, los protocolos forenses comunes y el acceso a la justicia para las familias.

 

Resumen de las conclusiones del proyecto

El proyecto de investigación Mediterranean Missing trató de comprender el impacto en las familias de tener un familiar desaparecido en el contexto de la migración, así como el marco legal, la política y la práctica en torno a la identificación de los cuerpos de personas migrantes que han fallecido en Italia y Grecia. Las entrevistas con las familias de los migrantes desaparecidos en cinco países confirmaron el enorme impacto de no saber el destino de sus seres queridos, con familias torturadas por la ambigüedad y que sufren una serie de consecuencias emocionales y psicológicas. En Lesbos (Grecia) y Sicilia (Italia), las entrevistas con las autoridades, la sociedad civil y otras personas confirman la presencia de un vacío político en torno a la cuestión de las personas desaparecidas, a pesar de las obligaciones que la legislación sobre derechos humanos impone a los Estados. La investigación de las muertes es inadecuada, y la recopilación y gestión eficaz de los datos post mortem se ve dificultada por el enorme número de fallecimientos, en algunos casos tanto que compromete su futura identificación. Tanto en Grecia como en Italia, la respuesta se caracteriza por un vacío político, con un gran número de organismos con mandatos que se sobreponen y que carecen de coordinación. Mientras que en Italia una Comisión especializada y sus socios han demostrado lo que se puede hacer con los recursos adecuados, es necesario garantizar que todos los muertos se beneficien de este enfoque. Una de las limitaciones en ambos contextos sigue siendo la falta de contacto con las familias de los desaparecidos, quienes pueden proporcionar datos ante mortem para facilitar la identificación, y quienes de todos modos deberían estar en el centro de todos los esfuerzos para abordar la cuestión e identificar a los muertos.